Kiko Mizuhara by Lina S. |
Cuando él se fue ella se dejó. Se dejó de querer, se dejó de alegrar, se dejó de vestir bonita y se dejó de ver al espejo, dejó de escribir como solía hacerlo desde que lo conoció, tiró sus lápices y libretas, se dejó de cuidar y se dejó de animar para seguir adelante. Finalmente se dejó tumbar en la cama de cualquiera y se dejó convencer que era especial. Se dejó maltratar el corazón y lo repartió entre todos los que pasaron pero nadie lo quiso. Y así, un domingo por la tarde se dejó ir, se dejó morir porque ya no podía más.
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